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Herramientas de Accesibilidad
Un administrador de contraseñas es básicamente una bóveda digital normalmente cifrada, que almacena la información de inicio de sesión que utilizamos para acceder a aplicaciones en dispositivos móviles, sitios web y otros servicios en línea.
Además de intentar mantener nuestras credenciales de acceso seguras, algunos programas de este tipo también pueden generar contraseñas complejas y únicas, e incluso iniciar sesión en los diferentes servicios.
Algunos también permiten agregar múltiples usuarios a una sola cuenta para que podamos compartir contraseñas con nuestra pareja, u otros miembros del entorno familiar.
Existen dos tipos de gestores de contraseñas:
Almacenan nuestras contraseñas en un servidor de terceros, y podemos acceder a ellas desde cualquier lugar que tenga una conexión a internet, independientemente del dispositivo o el sistema operativo que estemos utilizando.
Aplicaciones de software instaladas en un solo dispositivo que almacenan toda la información de forma local, lo que permite acceder a la información sin necesidad de tener una conexión a internet.
La seguridad al 100% no existe.
Pero siempre es mejor este tipo de aplicaciones que utilizar claves débiles, repetir las mismas contraseñas en diferentes servicios o almacenarlas en la memoria del dispositivo en texto plano y sin ningún tipo de cifrado.
En cualquier caso, siempre que sea posible, es aconsejable emplear la autenticación de doble o múltiple factor.
De esta forma podremos crear una capa extra de seguridad, más allá de la propia contraseña.
Esto significa que alguien que logrará hacerse con nuestra clave de acceso necesitaría un segundo o tercer paso para poder acceder a nuestras cuentas.
Básicamente, vas añadiendo tus claves de acceso a una única base de datos cifrada y asociándolas a los distintos servicios en línea que acostumbras a utilizar (páginas web, redes sociales, cuentas de correo etc.).
Luego asignas una contraseña maestra para poder desbloquear esta base de datos.
Cuando creas una cuenta en la nube o instalas un paquete software de este tipo en tu ordenador, lo primero que debes hacer es crear una contraseña maestra.
Esta contraseña será la única forma de poder acceder a tu bóveda cifrada, por lo que debes mantenerla en secreto, guardarla en un lugar seguro (nunca en tu dispositivo) y sobre todo no olvidarla.
El administrador de contraseñas no almacenará esta información por razones de seguridad.
¿Pero qué sucede si olvidas tu contraseña maestra?
Bueno, se llama contraseña maestra por una razón, y a menos que recuerdes donde la has guardado, no podrás acceder a los datos almacenados.
Los archivos clave acostumbran a proporcionar una mayor seguridad que las contraseñas maestras. Solo tienes que llevarlo, por ejemplo, en un una memoria USB.
Y por supuesto, tampoco debes perderla.
La inmensa mayoría de los administradores de contraseñas utilizan el potente cifrado AES-256 bit.
Incluso si un villano logra ingresar a tu bóveda, no podrá hacer nada sin la clave de descifrado o la contraseña maestra.
La razón es que este algoritmo convierte una contraseña escrita en texto plano en un galimatías que no tiene ningún significado.
La contraseña maestra actúa como la clave de descifrado, y una vez que cierres sesión, el contenido se vuelve a cifrar.
Muchos gestores de contraseñas crean un enlace entre tu bóveda y el sitio web, programa o servicio en línea que sirve para rellenar automáticamente los formularios de inicio de sesión.
Pero hay que tener muy en cuenta que el inicio de sesión en un servidor que todavía utiliza el protocolo HTTP es muy peligroso dada la amplia variedad de ataques que pueden ser perpetrados para obtener la contraseña del usuario.
El protocolo HTTPS está diseñado para proteger los datos del usuario de interferencias (violación de confidencialidad) y de modificaciones (violación de integridad) en la red.
Los sitios web que administran datos privados deberían usar siempre el protocolo HTTPS para proteger a sus clientes de los piratas informáticos.
Sin este protocolo, es relativamente fácil robar información del usuario (como las credenciales de inicio de sesión) aunque emplee un gestor de contraseñas.
Hay algunos aspectos a tener en cuenta al elegir un administrador de contraseñas.
Todos ellos son importantes, ya que le estamos confiando datos altamente confidenciales.
Como con cualquier otro servicio, nunca está de más realizar una pequeña investigación en blogs de ciberseguridad para ver si el administrador de contraseñas que hemos elegido ha sufrido alguna vulnerabilidad reportada recientemente.
Contrastar información en páginas web de reseñas pagadas donde «to er mundo é güeno», es una mala idea.
Si bien es cierto que muchos accesos no autorizados a este tipo de servicios son provocados por descuidos de los propios usuarios, nada podemos hacer ante posibles brechas de seguridad en sus servidores que pueden provocar la fuga y el robo de datos.
No siempre se trata del más caro, en ocasiones podrás encontrar soluciones más económicas que nos ofrecerán unas prestaciones igualmente competitivas.
Incluso los hay gratuitos (para uso personal) y de código abierto como Bitwarden.
La gran ventaja de los administradores locales es la posibilidad de mantener las credenciales bajo nuestro control, instalando una aplicación de software en nuestra propia máquina.
Por otro lado, en su gran mayoría acostumbran a ser de código abierto y gratuitos.
La mayoría de servicios en la nube se venden como suscripción y cuestan entre 15 y 40 euros por año.
Los paquetes basados en software se pueden comprar directamente adquiriendo una licencia, pero también existen excelentes programas gratuitos, libres o de código abierto con características similares y que utilizan las mismas herramientas de cifrado que los programas de pago.
Si prefieres pagar por funciones más avanzadas, ten en cuenta que casi todos los administradores de contraseñas incluyen un período de prueba gratuito, por lo que no necesitas pagar por adelantado por un programa que puede no satisfacer tus necesidades.