Si un extraño nos regalase un automóvil sin documentación y con el número de bastidor borrado, es probable que, rechazáramos la oferta. Sin embargo, muchas personas no tienen la misma reacción cuando se trata de descargas de software a través de sitios de torrents, o páginas de «programas full», que se pueden encontrar fácilmente en Internet.
Si bien el uso de una copia pirata de software puede parecer una solución económicamente factible, nos expone a una serie de riesgos.
En el mejor de los casos, puede ser que el rendimiento del software no sea el adecuado, que tras ejecutarlo se nos cuelgue el sistema o que corrompa las aplicaciones legítimas que tenemos instaladas.
Otro riesgo es que la mayoría de compañías de software estan bastante quemadas y han implementado medidas para verificar si la clave del programa es genuina.
Puede funcionar perfectamente por un tiempo, pero si el serial pasa a la lista negra, al recibir una actualización el programa quedará inutilizable.
Y si has logrado deshabilitar la función de actualización automática del software (normalmente se hace impidiendo su acceso a internet mediante el cortafuegos) no recibirás los parches del fabricante para corregir sus posibles vulnerabilidades, por lo que tu sistema será una puerta abierta a los exploits.
En otro escenario, el perpetrador del crack, mediante un troyano, puede recopilar en segundo plano información personal, activar discretamente la webcam, robar claves bancarias y datos de acceso a redes sociales, etc.
- Por ejemplo, algunos cracks con extensión REG, una vez que se ejecutan, modifican o crean alguna entrada en el registro del sistema.
- Otros cracks son archivos DLL, que se copian en una carpeta específica y que pueden ejecutar acciones o rutinas en Windows.
- Algunos piden reemplazar un archivo con extensión .EXE por otro archivo modificado, y para ello, normalmente hay que desactivar el software de seguridad.
- Los más peligrosos hay que ejecutarlos con privilegios de administrador para que funcionen.
Entendemos que algunos de vosotros pensáis que los antivirus detectan los cracks y keygens como malware, pero en realidad se trata solo de falsos positivos.
Y que sus perpetradores son una especie de ONG, que trabaja gratis con el objetivo de compartir sus creaciones con los afortunados usuarios.
Puede ser así en algunos casos, pero nosotros no pondríamos la mano en el fuego.
No existe una regla general para determinar el riesgo que puede representar un crack específico, pero debes tener en cuenta que al usarlo, confías en una persona que no conoces, y no hay forma de saber cuáles son sus intenciones
En cualquier caso, si eres de los que acostumbran a descargar programas comerciales, sin pagar por una licencia, y quieres hacerlos totalmente funcionales mediante la aplicación de parches, podrías convertirte en un damnificado.
En un foro de descargas con muchos moderadores, la probabilidad de infección por malware es menor que en una página nueva que haya surgido hace unos pocos meses.
Pero ten en cuenta que los mismos programas, con sus medicinas y seriales, circulan por diferentes páginas web y son resubidos a foros, cientos de veces, por diferentes usuarios que se otorgan los créditos del hallazgo.
En ningún caso se te pase por la cabeza, instalar un software de seguridad pirata.
Este tipo de programas, para poder hacer bien su trabajo, necesitan tener acceso con privilegios a muchas partes esenciales del sistema operativo: gestor de arranque, programas, aplicaciones instaladas, navegadores, conexiones de red, correos electrónicos y archivos.
Si está troyanizado, tendrás un grave problema del que ni siquiera te enterarás hasta que sea demasiado tarde.
La mayoría del software malicioso (con excepción del ransomware y toda su parentela) actúa de la forma más silenciosa posible para pasar desapercibido mientras hace de las suyas.
El software pirata o crackeado es un vivero para todo tipo de malware.
Si bien es cierto que las páginas web legítimas también pueden estar comprometidas sin el conocimiento de sus propietarios, un alto porcentaje de los sitios web de descargas de warez contienen scripts maliciosos y material infectado, que nadie se molesta en comprobar.
Por no hablar de que muchas veces, antes de poder acceder al enlace de descarga, hay que clicar en numerosos anuncios: banners a pantalla completa, molestos vídeos, publicidad que contiene rastreadores, cookies de seguimiento, etc.
Al intentar descargar un programa «full» tuvimos que hacer un viaje alucinante a través de varios sitios repletos de publicidad irrelevante, para que el dueño del sitio ganase unos céntimos de euro, a costa de un software desarrollado con el esfuerzo de otros.
Una vez descomprimido, el archivo con extensión RAR protegido con contraseña, (para ello tuvimos que desactivar el antivirus) aparte del programa, contenía un crack.
El «parche» era un ejecutable que propagaba el infame malware Redline Stealer, que en fecha anterior al 27/12/2022, ya había sido reportado en Virus Total.
Un bicho capaz de recopilar información como por ejemplo inicios de sesión, datos de autocompletar, cookies y detalles de tarjetas de crédito de todos los navegadores web basados en Gecko (como por ejemplo Firefox) y Chromium.
Por lo tanto, no sirve de nada que equipemos nuestros ordenadores con potentes antivirus y un firewall de última generación, si luego tenemos que desactivarlos para poder ejecutar cracks y keygens, que aparte de quitar las restricciones de un programa de prueba, no sabemos si hacen algo más (seguramente si).
Si no queremos (o no podemos) pagar por una licencia, existe el software libre o de código abierto.
Otra alternativa son las páginas como SharewareOnSale donde algunos fabricantes de software promocionan sus productos y ofrecen licencias de programas de pago de forma gratuita.
