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La IA no es autosuficiente ni puede reemplazar a los atacantes humanos

La IA no es autosuficiente ni puede reemplazar a los atacantes humanos

Es cierto que los ciberdelincuentes están utilizando la inteligencia artificial para acelerar la creación de diverso contenido utilizado en diferentes ciberataques. También es verdad que la IA les permite automatizar las operaciones, haciéndolas más eficientes.

 Por ejemplo:

  1. Un semianalfabeto puede redactar correos electrónicos de phishing  en casi cualquier idioma y sin errores gramaticales ni ortográficos. Incluso imitar el estilo de escritura de una persona en concreto.
  2. Mediante IA generativa, los atacantes pueden crear audios y videos falsos que imitan a figuras de confianza.
  3. También es posible generar scripts en segundos, probar exploits conocidos, o analizar configuraciones a gran escala, más rápido que cualquier humano.

Los dos primeros esquemas puede engañar a las posibles víctimas para que autoricen pagos, compartan credenciales, o realicen cualquier otra acción en favor del perpetrador.

El tercero, sin duda, le ahorra a los villanos horas o días de trabajo.

A primera vista, esto suena como Skynet, pero la verdadera historia es más matizada y mucho menos espectacular.

Quienes realmente diseñan los ataques, establecen los objetivos, estructuran las campañas, monitorizan los resultados y toman todas las decisiones estratégicas, son los «operadores» humanos.

El modelo de IA no decide lo lejos que se quiere llegar, o cómo responder a las defensas que puedan ir surgiendo.

Por lo tanto, estos sistemas operan a través de la coincidencia de patrones estadísticos, no a través de la intención o la comprensión.

La IA continuará evolucionando, puede que incluso hasta la automatización completa, pero la planificación, la explotación y la toma de decisiones, sigue estando mucho más allá de sus capacidades actuales.

El cerebro humano sigue siendo uno de los sistemas de procesamiento de información más sofisticados y eficientes que existen.

Si bien la IA puede procesar grandes cantidades de datos e identificar patrones, carece de la  capacidad de comprensión que viene de serie en los seres humanos.

Nuestra capacidad para leer entre líneas, entender el contexto y dar saltos intuitivos basados en información limitada es algo que los sistemas de IA no pueden replicar a pesar de su impresionante poder.