Los delitos informáticos ocurren con mucha más frecuencia de lo que pensamos y afectan a una cantidad cada vez mayor de personas. Para evitar cosas como el robo de identidad y otras estafas, tener el control de nuestra huella digital se ha vuelto más crucial que nunca.
A estas alturas, todos sabemos que la información personal vale el dinero, lo que propicia que la infame industria de los corredores de datos se encuentre en auge.
Esta gente no solo recopila referencias, antecedentes, circunstancias personales, etc., sino que también vende esta información a quien quiera pagar por ella, que la utilizará para diferentes fines.
Y a pesar de que el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE, promete multas millonarias a quienes no traten los datos personales debidamente, la realidad es que algunos «interpretan» las normas a su aire.
Si queremos limitar la cantidad de información de todo tipo que se puede encontrar sobre nosotros mediante una simple búsqueda en internet, hay algunas cosas que podemos hacer.
Sitios de búsqueda de personas
Estos portales brindan acceso a una gran cantidad de información personal, como direcciones postales, números de teléfono, cuentas de correo electrónico, registros de propiedad, estado civil, etc.
Por ejemplo:
- WebMii.
- Pipl.
- Dateas.
Todo esto lo obtienen de registros públicos, redes sociales, registros judiciales y otras fuentes abiertas.
Algunos de estos portales ofrecen información de forma gratuita, pero la mayoría requieren una suscripción, o el pago por un único informe.
Afortunadamente, la mayoría también nos permiten optar por no participar.
Muchas empresas de este tipo disponen de un formulario para este cometido. Solo hay que buscarlo en su politica de privacidad, o en la sección de preguntas frecuentes.
- En algunos casos, el proceso de eliminación es bastante sencillo: basta con enviar una solicitud de exclusión.
- A veces el proceso puede implicar una cantidad considerable de tiempo y paciencia.
Eliminar cuentas en línea antiguas o abandonadas
A lo largo de los años, seguramente hayamos creado docenas de cuentas en diferentes servicios y sitios web.
Sin embargo, incluso si hace años que no hemos iniciado sesión en alguna de estas cuentas, estas páginas web aún pueden compartir o vender nuestra información personal.
Y lo que es aún peor, es posible que ni siquiera sepamos que han sido víctimas de una violación o una fuga de datos.
Como consecuencia de ello, la información que en su momento les habíamos confiado, está pululando por foros de ciberdelincuentes.
Si conocemos los servicios o las páginas web en los que hemos creado una cuenta, existen varias herramientas como Account Killer o Just Delete Me que facilitan el proceso.
Eliminar cuentas obsoletas o desatendidas es una de las mejores maneras de aumentar el nivel de privacidad y mantener a salvo nuestra identidad.
Eliminar nuestra información personal de los resultados de búsqueda de Google
Debido a que Google tiene políticas bastante estrictas con respecto a la eliminación de datos, el proceso no siempre termina culminando con éxito, pero, en cualquier caso, merece la pena intentarlo.
Simplemente, tenemos que ir a la página del proceso para solicitar el borrado de información privada y comenzar la tramitación.
Tras llevar a cabo una revisión, Google debería eliminar todo aquello que se le solicite, siempre y cuando no estimen que los datos tienen «interés público y periodístico»
Si estamos muy decididos a minimizar nuestra huella digital, también podemos intentar eliminar nuestra información personal de otros motores de búsqueda.
Lamentablemente, aunque Google u otros motores de búsqueda eliminen nuestros datos personales de sus resultados, eso no implica necesariamente que desaparezcan de Internet, ya que pueden estar en poder de terceros.
Por ejemplo, si eres residente de la Unión Europea, puedes utilizar la Solicitud de bloqueo de búsqueda de Bing.
Conclusión
limpiar nuestra huella digital puede llevar cierto tiempo e incluso ser un poco estresante.
Pero seguramente, evitaremos que parte de nuestra información, pulule por internet, lo que reducirá el riesgo de convertirnos en objetivo de estafadores e ingenieros sociales.
Si previamente nos hemos dirigido a la entidad responsable del tratamiento de los datos y transcurrido el plazo legalmente previsto para contestarnos (un mes como regla general) no nos han hecho ni puto caso, la Agencia Española de Protección de Datos puede ayudarnos a ejercer nuestros derechos.