Los corredores de datos son empresas o personas que se dedican a recopilar, procesar y venden información personal, a menudo sin el conocimiento directo, ni el consentimiento informado de los afectados.
Mediante esta información, pueden crear perfiles detallados para venderlos al mejor postor, por ejemplo:
- Empresas de publicidad.
- Compañías de seguros (para evaluación de riesgos).
- Bancos (para informes de solvencia).
- Departamentos de recursos humanos.
- Partidos políticos (para la segmentación de votantes).
- Gobiernos y fuerzas del orden.
Esta gente, incluso, pueden intercambiar información entre ellos para enriquecer sus bases de datos, y ampliar su alcance a nuevos clientes y países.
Para que te hagas una idea de cuanto vale tu información personal (aunque a ti te parezca irrelevante), en 2024, el mercado de corredores de datos valía aproximadamente 270 mil millones de dólares.
¿Qué recopilan los corredores de datos?
Cualquier información personal tiene valor (interacción con aplicaciones para móviles, seguimiento web, cookies de rastreo, perfiles de redes sociales, etc.), por lo tanto, es probable que exista una empresa de este tipo que los monitoree y los venda.
Sin embargo, los datos que se recopilan con mayor frecuencia son:
- Información personal: nombre completo, fecha de nacimiento, números de teléfono, direcciones de correo electrónico, la dirección postal actual, o incluso las anteriores.
- Datos demográficos: género, edad, origen étnico, estado civil, educación, ocupación e ingresos.
- Comportamiento en línea: sitios web visitados, historial de búsqueda, anuncios en los que se hizo clic, actividad en redes sociales, compras en línea y suscripciones a diferentes servicios.
- Datos de ubicación: GPS, wifi, Bluetooth, datos de aplicaciones y metadatos de las fotos.
- Perfiles financieros: puntaje de crédito, préstamos, hipotecas, y propiedades.
- Estilo de vida y creencias: pasatiempos, inclinaciones políticas y religiosas, rasgos de personalidad y hábitos mediáticos.
- Conexiones sociales y profesionales: miembros del hogar, parientes, amigos, compañeros de trabajo e historial laboral.
¿De dónde obtienen la información?
Hoy en día casi todo está digitalizado, y se pueden realizar muchos trámites en línea. Por ejemplo, con un certificado digital es posible acceder a diversos servicios que ofrece la administración pública.
Por otra parte, la gran mayoría de servicios y aplicaciones, requieren que el usuario se registre aportando toda una serie de información personal.
Esto, junto a la falta de ética de algunos personajes, ha propiciado, en gran medida, que casi toda esta información, acabe alimentando las bases de datos de estas empresas.
- Registros públicos y fuentes oficiales: registros judiciales, cámara de la de propiedad, registro civil, etc.
- Seguimiento en línea: cookies, píxeles, rastreadores, clics en anuncios, y otras actividades en línea.
- Encuestas y sorteos: muchas personas revelan voluntariamente su información personal.
- Aplicaciones y servicios: algunos desarrolladores de software, y proveedores de servicios en línea, venden o comparten datos de sus usuarios, ocultando el consentimiento en los términos del servicio (que casi nadie lee).
- Datos de ubicación recopilados por aplicaciones: muchas aplicaciones para móviles (por ejemplo meteorológicas o de fitness), solicitan acceso al GPS del teléfono.
Los corredores de datos prosperan porque hay organizaciones dispuestas a pagar por esta información, que puede utilizarse para prácticamente cualquier cosa: la segmentación de anuncios, el envío de spam, la investigación privada, la búsqueda de personas, etc.
¿Existe algún riesgo para la seguridad?
Si los vampiros que custodian esta información, sufren un ataque informático (no sería la primera vez) la cosa podría derivar en robo de identidad, fraude, acoso, o incluso, cosas peores.
Pero más allá de los riesgos para la privacidad y la seguridad, la falta de transparencia es igualmente preocupante.
A nadie nos gusta que parte de nuestra vida esté pululando, no se sabe bien por donde, sobre todo si no sabemos qué se recopila, ni cómo se utiliza.
Por no hablar de que a pesar de que existe la vaina del Reglamento General de Protección de Datos, (RGPD) los intentos de eliminar nuestra información, son arduos y complejos.
Entonces, ¿cómo puedo evitar que los corredores de datos recopilen información?
A no ser que puedas viajar en el tiempo para regresar a los años 80 o 90, es una tarea imposible.
Puedes tomar medidas para reducir tu exposición; todo ayuda:
- Limita lo que compartes en línea.
- Evita las encuestas.
- Huye de los sorteos y promociones a cambio de tus datos.
- Usa un alias de correo electrónico.
- Instala un bloqueador de rastreadores en el navegador, y una VPN para enmascarar tu IP.
- Revisa tus aplicaciones móviles, elimina las que no uses y deniega el acceso a la ubicación y los permisos de seguimiento a las aplicaciones que no los necesiten.
Pero, en definitiva, la única forma real de impedir que recopilen, vendan y exploten tu información personal es mediante una regulación sólida y de cumplimiento obligatorio.