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Eliminar las advertencias de cookies de los sitios web

¿Sirven de algo las advertencias de cookies de los sitios web?

En cumplimiento del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea y otras legislaciones similares, todos los sitios web estamos obligados a informar a nuestros visitantes de que utilizamos cookies.

Algo parecido a decir que el mar tiene agua.

Estos avisos emergentes sobre cookies tienen buenas intenciones y se supone que promueven la transparencia sobre la privacidad, y la recopilación de datos.

Pero siendo sinceros, la mayoría de nosotros las aceptamos sin perder un solo segundo en leernos las políticas de cada sitio, para saber el tipo de galletas que nos vamos a comer.

Ni siquiera nos molestamos en configurarlas, o en negar nuestro consentimiento.

Pulsamos en el banner, y vamos a lo que nos interesa, que es el contenido de la página.

No son muy diferentes de otras molestas ventanas emergentes (que todos ignoramos) que aparecen en algunas páginas web, instándonos a suscribirnos a un boletín, o a comprar cualquier cosa sobre la que los dueños del portal tengan comisión.

Tampoco tenemos forma de saber si el dueño de la página solamente ha implementado un bonito cartel, para cubrir el expediente.

Únicamente un tanto por ciento muy limitado de usuarios lee y configura las preferencias de las cookies.

Por lo tanto, podríamos decir que las medidas tomadas por la Unión Europea, en este sentido, son una molestia más para los sufridos visitantes de los sitios web.

Y sospechamos que el hecho de no aceptarlas, no impide que los anunciantes, las redes sociales, las empresas tecnológicas, y otros yonquis ávidos de datos, recopilen información sobre nosotros.

Supongamos que un sitio web utiliza los perversos botones de «Compartir en Facebook».

Este elemento debería eliminarse de la página, ya que los píxeles de seguimiento que Meta implementa, no pueden ser gestionados por los administradores del sitio que muestra el botón.

Puede ser que el visitante rechace las galletas de una página web, pero Facebook, continuará reclutando datos (para ellos somos solo eso) con el fin de manipularlos y monetizarlos.

Lo mismo puede aplicarse a otras redes sociales, cuyos botones aparecen en páginas web. Y ni siquiera hace falta pulsar en ellos

Con solo entrar en la página que los implementa, ya transfieren datos de los visitantes del sitio a Meta.

¿Alternativas?

Difícilmente, los prebostes van a destinar presupuesto, para auditar todas las páginas web que pululan por el medio silvestre, con el fin de determinar si cumplen con las políticas de cookies, que en sus bonitos cartelitos, afirman implementar.

  • A nivel de usuario, existen páginas web que pueden decirnos que tipo de galletas utiliza un portal. Puede ser útil para analizar un sitio de forma puntual, pero escanear todas las páginas que visitamos es inviable.
  • También existen extensiones para el navegador que aceptan las cookies automáticamente. Pero para las pocas personas que acostumbran a leer los avisos, y configurar las preferencias, no es nada recomendable.

¿Quizás algún sello de aprobación o sistema de calificación, que indicara a los visitantes que un sitio web sigue buenas prácticas de privacidad? 

Por supuesto, habría que decidir como establecer esos estándares, cuáles deberían ser, y quién se encargaría de semejante tarea.

Otra solución, podría ser dirigir a los usuarios a una página de inicio estática, donde deberían poder informarse de todas las cookies del sitio (botones de redes sociales incluidos).

Pero, por ahora, estamos atrapados en un apocalipsis de ventanas emergentes: algunas son fiables y otras no.

Por lo tanto, lo mejor para estar seguros de mantener nuestros datos fuera del alcance de las empresas de marketing es implementar medidas en el navegador para impedir el seguimiento por parte de los grandes vampiros de datos.

Decentraleyes es una extensión para el navegador de código abierto y gratuita con la que se puede evitar el seguimiento de los usuarios.

Evita que muchas solicitudes lleguen a redes como las bibliotecas alojadas en Google y sirve archivos locales para evitar que los sitios se rompan.

Complementa a los bloqueadores de contenido habituales.

Actualmente, está disponible para los navegadores Firefox, Palemoon, Chrome y Opera en más de 30 idiomas.

Privacy Badger es otro complemento diseñado para los principales navegadores que evita que los anunciantes y otros rastreadores de terceros monitoricen nuestra actividad en internet.

Si un titiritero está rastreándonos sin nuestro permiso (lo extraño sería que no estuviese haciéndolo), Privacy Badger bloquea automáticamente a ese impresentable para que no cargue más contenido en el navegador.

Para el jodido chafardero, es como si hubiésemos desaparecido de repente.

uBlock Origin es una extensión del navegador multiplataforma gratuita y de código abierto para el filtrado de contenido, cuyo objetivo principal es neutralizar la invasión de la privacidad y es muy fácil de usar.

Además, no es solo un bloqueador de anuncios, sino también un bloqueador de contenido de amplio espectro.

La extensión está disponible para los navegadores Safari, Mozilla Firefox, Chromium, Google Chrome, Opera y Microsoft Edge.

Avisos de seguridad

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