Qué pueden saber los ISP sobre nosotros
Los proveedores de servicios de Internet (ISP) pueden ver los sitios web que visitamos, cuánto tiempo pasamos en ellos, el contenido que miramos o descargamos, el dispositivo que estamos utilizando y por supuesto, nuestra ubicación geográfica.
Pensemos en ello como un cartero muy entrometido que, para entregar el correo correctamente, aparte de comprobar, la dirección del destinatario, también examina la dirección del remitente y si lo considera necesario, incluso el contenido del sobre.
Esto sucede porque, de forma predeterminada, las consultas que ejecutamos en internet se enrutan a través de los servidores DNS de nuestro proveedor de servicios.
Y nada les impide almacenar estos datos, que pueden incluir nombres, direcciones, historial financiero, registros médicos, etc.
Y contrariamente a la creencia popular, navegar por sitios web cifrados, o utilizar el modo privado de un navegador no impide que esto suceda.
Aunque el marco legal europeo no es tan permisivo, e impide a los operadores hacer lo que les de la gana, los ISP están obligados por ley a conservar los datos de facturación (nombre, dirección, medio de pago, etc.) y los datos de conexión de sus suscriptores durante un período de un año.
Respeto a los dispositivos móviles, la triangulación de antenas (aunque tengamos deshabilitada la geolocalización por GPS) les ofrece la posibilidad de ubicar e identificar clientes a lo largo del día y en tiempo real.
Además, a través de las aplicaciones para teléfonos móviles, tienen información adicional sobre nuestras actividades y preferencias.
Si contrastan todo lo anterior con los datos personales de cada cliente (nombre y apellidos, DNI, número de móvil, datos de facturación, etc.) obtienen como resultado un perfil bastante exacto de cada cliente.
Cómo bloquear a nuestro ISP para que no nos rastree.
Si eres un usuario preocupado por tu privacidad, y te sientes incómodo con la recopilación de datos tan significativa que tu ISP realiza, estas son las cuatro formas más efectivas para ponerle freno.
Usa una VPN
Usar una VPN es la mejor manera de evitar que tu ISP te espíe. Pero no todas las VPN hacen lo que dicen.
De hecho, algunas VPN son tan malas que en realidad es mejor no emplear nada que enrutar el tráfico a través de sus servidores.
Las VPN gratuitas conllevan muchos riesgos.
El principal es que dichas empresas deben pagar por el uso de servidores y ancho de banda, y si ofrecen sus servicios de manera gratuita, deben generar ingresos de otra manera.
La mayoría de las veces es mediante la venta de los datos y el ancho de banda de sus usuarios, o bombardeándolos con molesta publicidad que en la mayoría de casos puede llegar a ser maliciosa (adware y spyware).
Una vez hayas elegido una buena VPN, puedes instalarla en cada dispositivo de tu hogar y proteger cada bit de datos que cargues o descargues de Internet.
Como la VPN cifra los datos, tu proveedor de servicios de internet no podrá ver ninguna de tus actividades en línea ni recopilar datos confidenciales.
Es sin lugar a dudas la mejor opción.
Utiliza Tor Browser
Tor Browser es un navegador gratuito de código abierto (una versión modificada de Mozilla Firefox) configurado para funcionar en la red Tor sin necesidad de tener que instalar software adicional y diseñado para mejorar tu privacidad y evadir la censura y los bloqueos en internet.
La red Tor enruta la información a través de un proceso llamado Onion Routing (enrutado de cebolla), haciendo que los paquetes pasen entre varios nodos en vez de hacer una conexión directa entre el cliente y el servidor.
Cada nodo realiza un cifrado de los paquetes, dando como resultado un cifrado por capas, lo que dificulta que los ISP sepan de dónde proviene el tráfico original.
Usar siempre el protocolo HTTPS
HTTPS es la forma más básica de cifrar tu conexión de red y bloquear parcialmente a tu proveedor de servicios de internet para que no te espíe.
Podrás cifrar los datos enviados entre tu ordenador y el sitio web de destino, y proteger los datos que introduces en formularios.
Pero el ISP aún podrá ver cierta información, como por ejemplo qué sitios web visitas e incluso el contenido que descargas.
Navega mediante un servidor proxy
Esta no es una herramienta de privacidad tan común, pero sigue siendo un método muy efectivo para evitar que el ISP recopile datos sobre las actividades en línea.
Un proxy actúa como intermediario entre tu equipo e Internet. Intercepta todas las solicitudes enviadas para ver si puede ofrecerte una respuesta mirando la propia caché almacenada.
Se suelen utilizar para mejorar el rendimiento, filtrar solicitudes y ocultar tu equipo en Internet para mejorar tu seguridad. A menudo forman parte de los cortafuegos de grandes corporaciones.
El uso de un proxy, aparte de preservar tu privacidad, también te ayudará a acceder a contenido restringido o censurado, como por ejemplo páginas web bloqueadas.
Cuando se usa un servidor proxy para conectarse a Internet, se deben especificar los detalles de dicho servidor en la configuración del navegador.
Mediante una búsqueda en Internet se pueden encontrar páginas web que ofrecen servidores Proxy gratuitos disponibles alrededor del mundo.
En estos sitios, podremos conocer la dirección IP, el puerto y el resto de parámetros que necesitaremos para configurar el navegador web.
Pero hay que ser muy cautos, ya que vamos a enrutar nuestra conexión a través de ellos, y muchos de estos servicios no son de fiar.